25 agosto 2008

AUTOCONTROL
Michael es alemán, vive en Barcelona desde hace unos cuantos años y es budista. Entre polvo y polvo Michael me habló de su religión y de las enseñanzas de Budha. Luego Michael volvió con su novio, se casó, y yo de aquella historia que duró un par de semanas de verano me quedé con todo lo que había aprendido de budismo y una invitación al teatro para ver FAMA.
No me considero budista, pero tengo que reconocer que sus lecciones, sencillas y prácticas, me han ayudado mucho en algunos momentos de mi vida.
Este viernes olvidé aquellas valiosas lecciones y saqué lo peor de mí mismo, saqué un Joan que desconocía que existía y me asusté.
Hoy me duele algo menos la mano, pero el corazón me sigue doliendo. Por suerte tengo a Iván, que alivia mi dolor.
Gracias niño, tú sabes por qué.

1 comentario:

argentum dijo...

Todos tenemos nuestra parte buena y nuestra parte mala. Todo es base de aprendizaje.

La filosofía budista es muy bonita. :)

Saludos.